Powered By Blogger

lunes, 8 de noviembre de 2010

Leyenda de la Virgen de Urkupiña

A principios de la época colonial, cuando Quillacollo era parte de la provincia Tapacarí, una pequeña niña que pasaba los días pastoreando ovejas, se encontró un día con una hermosa y deslumbrante señora que se convirtió en su amiga, esta hermosa dama llegó con un niño en los brazos.
La niña observaba este hecho con toda naturalidad, toda vez que ocurría, además que la señora conversaba con la niña en su propio idioma (el quechua) y algunas veces el niño, que normalmente se encontraba en el regazo de la mujer, jugaba con la niña.
Este hecho fue comentado por la niña a sus padres, quienes sorprendidos escuchaban los relatos del hecho de que se escuchara un sonido reverberante antes de que apareciera "la señora".

Los padres decidieron comunicar al "doctrinero", (en ese entonces la parroquia se llamaba Doctrina y, por extensión, al sacerdote Doctrinero).

El hecho también fue de conocimiento de muchos vecinos, quienes decidieron cerciorarse de la veracidad del relato.

Un día 15 de agosto la niña se encontraba como ya era casi una costumbre junto a la Señora y su niño, cuando irrumpieron sus padres y un grupo de vecinos observaron como la señora y el niño subían lentamente a los cielos, algunos vecinos que no podían creer lo que veían preguntaban ¿dónde está la señora? a lo que la niña respondía gritando, señalando con el dedo a la señora "Ork'o piña", "Ork'o piña", voz quechua que quiere decir "ya está en el cerro", posteriormente se dirigieron al lugar donde ordinariamente en su visita la señora tomaba asiento con el niño en brazos, allí encontraron la imagen de la Virgen María de Urkupiña, nombre castellanizado, que es la que actualmente es venerada desde aquella época y fue trasladada al templo Matriz de Quillacollo donde se encuentra en la actualidad.
LAS FIESTAS MAS TRADICIONALES DE  LA COMUNIDAD BOLIVIANA EN LA ARGENTINA.

Charrúa, una fiesta de integración en Buenos AiresCelebran la fiesta de la Virgen de Copacabana en el barrio Charrúa, frente al complejo deportivo de San Lorenzo. Ayer fue el primer desfile. Y seguirá el fin de semana...
El epicentro de la celebración es la capilla Nuestra Señora de Copacabana, ubicada en la calle Charrúa esquina Itaquí. En las cuadras aledañas se suceden distintas actividades vinculadas con la celebración y a lo largo de la avenida Cruz se ubica la feria en cuyos puestos de venden comidas y otros productos típicos.

Se trata del barrio General San Martín (ex villa 12), conocido también como Barrio Charrúa (en referencia a la calle homónima que lo atraviesa.), ubicado en el límite entre los barrios de Nueva Pompeya y Villa Soldati.
El espacio central en el que se desarrolla el festejo es la intersección de las calles Charrúa e Itaquí donde se encuentra la Capilla Nuestra Señora de Copacabana. Al pie de campanario, en el patio delantero, está el escenario desde el cual se oficia la misa por la mañana y por la tarde se conduce la presentación de los grupos de baile. En el extremo opuesto del patio, hay imágenes de la virgen. En la entrada, un cartel que dice “Bienvenidos” recibe a los participantes. En el interior, además del altar que se utiliza habitualmente, se ha preparado uno especialmente dedicado a la Virgen de Copacabana.
Con un desfile que comenzó ayer y los que seguirán el fin de semana, la comunidad boliviana en la Argentina celebra la fiesta de la Virgen de Copacabana en el barrio General San Martín, mas conocido como Charrúa, frente al complejo deportivo de San Lorenzo.
La celebración que se inició hace 32 años con una sola comparsa seguida por una amplificación a manera de banda musical, cuenta hoy con un programa organizado en el que se ha introducido las actividades deportivas, característica de las festividades del área rural.
Esta festividad en la actualidad se celebra por dos fines de semana consecutivos, con la participación de 54 fraternidades, que representan a diferentes barrios de la capital, al Gran Buenos Aires y a otras provincias.
Es sorprendente la calidad y sentimiento con la que bailan los paisanos. Es una entrada organizada fundamentalmente por comerciantes y pequeños productores que han establecido sólidos negocios en la Argentina y tienen la capacidad para “pasar una fiesta” que lleva bandas y trajes de Bolivia con todos los gastos pagados por dos semanas para los músicos y bordadores.
Pero más allá de la ostentación y el derroche, se reproduce en la Argentina una manifestación de reencuentro donde, en catorce manzanos el primer domingo después del 12 de octubre, se reconocen los paisanos, se reconcilian con sus costumbres y a manera de rito beben “la chicha”, comen chicharrón, charque y todo lo que se les presente y esté a su alcance.
“La colonia de bolivianos llena las calles y te encuentras con tus paisanos que no has visto hace años. Vienen de otras villas y puedes encontrar de todo lo que se ve aquí, chica, chicharrón, salteñas, igual que aquí”.
Charrúa es el espacio donde los bolivianos hacen alarde de lo típico y ancestral. Y al acabar esas dos semanas, nuevamente la gente se pierde en la rutina de la actividad y otro año pasa para el reencuentro si es que se vuelven a encontrar.