Con procesión, misa, música y almuerzo, en un clima de festividad, al comunidad local, nucleada en la “Asociación Río San Juan de Oro” celebró unos domingos atras durante todo el día, la fiesta de la “Asunción de la Virgen de Urkapiña”. El intendente y autoridades municipales compartieron los festejos. Desde las 9 de la mañana y durante toda la jornada, una importante cantidad de familias bolivianas, acompañadas por fieles de la iglesia católica local, compartieron la misa, la procesión y ya en el salón de la asociación encendieron velas y festejaron con música y canciones.
“es un festejo muy antiguo en Bolivia y este año pudimos tener la imagen de la viergen gracias a una vecina que hizo las gestiones y enviaron esta virgencita desde Bolivia especialmente para nosotros” explicó el presidente de la asociación Juan Ramos. Por su parte, el intendente Juan Carlos Apud se limitó a agradecer la invitación, expresando el deseo de “que la virgen nos traiga unión”.
La procesión recorrió varias arterias de la localidad llevando a la virgen con músicos que acompañaron el recorrido, para terminar en el salón de la Asociación boliviana “Río San Juan de Oro”, donde todos los presentes compartieron un almuerzo con abundante música del altiplano.
Según cuentan los integrantes de esta comunidad, los festejos se basan en una antigua leyenda de principios de la época colonial, cuando Quillacollo era parte de la provincia Tapacarí. entonces, una pequeña niña que pastoreaba ovejas, se encontró un día con una deslumbrante señora q con un niño en los brazos, que pronto se hizo su amiga. La señora, conversaba con la niña en su propio idioma (el quechua) y algunas veces el niño, que normalmente se encontraba en el regazo de la mujer, jugaba con la pequeña.
La pequeña pastora comentó el inusual hecho a sus padres.estos, según la leyenda comunicaron la novedad al “doctrinero”, tal como se llamaba al sacerdote, ya que, en ese entonces, la parroquia se llamaba Doctrina y, por extensión, al sacerdote Doctrinero. Un día 15 de agosto la niña se encontraba junto a su amiga especial -la Señora y su niño- cuando irrumpieron sus padres y un grupo de vecinos que, azorados, observaron como la señora y el niño subían lentamente a los cielos, algunos vecinos que no podían creer lo que veían preguntaban: “¿dónde está la señora?” a lo que la niña respondía gritando y señalando con el dedo: “Ork’o piña”, “Ork’o piña”, voz quechua que quiere decir “ya está en el cerro”. Asombrados todos fueron al lugar, y encontraron la imagen de la Virgen María de Urkupiña, nombre castellanizado, que es la que actualmente es venerada desde aquella época.
Por Selene Flores